Cuando sientes que la mano de la muerte se posa sobre el hombro, la vida se ve iluminada de otra manera y descubres en ti misma cosas maravillosas que apenas sospechabas. ISABEL ALLENDE.







miércoles, 4 de noviembre de 2009

Un mes sin ti, una eternidad.


Mi primavera con tu sonrisa…
Cuanto tiempo a pasado desde que decidí hacer aquel viaje, darle una sorpresa a Carito por su cumpleaños, y pasar unos días en aquel paraíso en la tierra, aquellos frutales en flor, las hojas de los chopos naciendo, mis niños jugando, riendo, bailando incesantemente sus cariocas…
Me duele volver la vista atrás, y recordar, que todos formaron parte de algo importante en mi vida, que todos con sus sonrisas, mantienen unidos los fragmentos de mi corazón, nuestras vidas han cambiado en el ultimo mes, perdimos parte del paraíso, perdimos a la dulce Jana, me duele hablar con ellos porque noto el dolor de su corazón, noto la agonía que sienten al pensar que todo va a cambiar, que nada será igual.
Duele pensar que con el paso del tiempo, nuestras vidas han de continuar, que en algún momento del tiempo, pasaran los días y olvidaremos recordar, “tengo miedo a olvidar”, a olvidar todos esos pequeños detalles, aquel salto desde lo alto de las literas, las noches de leche y chocolate, las conversaciones furtivas, el refugio aquel con sus literas, los pinchitos en la espalda, el dedo gordoncho del pie, infinidad de recuerdos que vuelven a mi cabeza al intentar no olvidar jamás.

Solo a pasado un mes, y en mi mente parece una eternidad. ¿Cuanto tiempo más va a durar? Volver allí, abrazarlos, perderme en la claridad de sus ojos, sonreír…
Pararía el tiempo por un instante, en aquel momento, todos tirados sobre colchones en el comedor, riendo y escuchando música, o incluso por otro, uno mas sencillo, un momento de confesiones, nosotras en las literas de la habitación, en confesión, solo chicas, momentos, y mas momentos, eternos momentos….
todas las noches al acostarme, miro una fotografia de la ultima vez, vuelvo alli, por un instante, y te doy el ultimo abrazo, y despues, te miro y te digo. "buenas noches princesa". y vuelvo al mundo real.

Y al volver la vista atrás… como diría Machado… se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar…

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Miro con nostalgia hacia la luna llena, en ella habita nuestra princesa, nuestra amiga, nuestra compañera.

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