Cuando sientes que la mano de la muerte se posa sobre el hombro, la vida se ve iluminada de otra manera y descubres en ti misma cosas maravillosas que apenas sospechabas. ISABEL ALLENDE.







miércoles, 18 de noviembre de 2009

atrapada

ATRAPADA.

Con un leve esfuerzo una bocanada de aire entra por mi garganta, lo noto caliente al pasar por mi garganta, y como si me quemara y explotara en los pulmones, noto el palpitar de mi corazón el la sien, en mi reseca garganta, en el pecho, gotas de sudor resbalan por mi frente, es que como si me olvidara de respirar, otra bocanada fuerte entra por mi boca, mis manos tiemblan, mis oídos se taponan, intento mantener la calma, apoyo mi cuerpo contra la puerta cerrada, intento pausar mi respiración, frenar el frenesí violento de mi corazón.

-PAM- un golpe seco suena tras la puerta en la que estoy.

Me estremezco de terror.

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. Intenta abrir la puerta, la empuja y yo hago presión para que no lo consiga, empujo con todas mis fuerzas, pongo las manos sobre la pared para hacer más presión, pero poco a poco mis pies resbalan por el suelo y la puerta cede.

De repente para, no me lo pienso dos veces, abro la puerta y hecho a correr, corro con todas mis fuerzas, oigo como me persigue, le oigo que esta detrás de mi.

Todo el mundo me lo había avisado, todo el mundo me había dicho que tuviera cuidado, yo nunca les creí.

Note algo frío, como si estuviera húmedo, me rozo el hombro, intente correr aún mas deprisa, algo me aferro por los hombros, forcejee con el, chillaba, daba patadas, puñetazos, luchaba por intentar soltarme, sus brazos me rodearon con una fuerza infrahumana, me empujaban hacia el suelo.

Caigo de rodillas, dejo de luchar, agacho la cabeza, respiro entrecortadamente, los brazos que me rodean aflojan la presión. 

-no podrás conmigo- digo entre dientes.

- ja, ja, ja, ja.- ríe. 

Me suelta pero yo ya no tengo fuerzas para seguir luchando, se pone delante de mi, me agarra con el pulgar la barbilla y me gira la cabeza hacia arriba, cuando le veo el rostro, una lagrima resbala por mi mejilla. 

-No, por favor, no, suplico.

Tarde. ¿No crees? 

Cierro los ojos. Asumo el final. 
 

ESTOY CONTAGIADA DE GRIPE A.



No hay comentarios:

Publicar un comentario