Cuando sientes que la mano de la muerte se posa sobre el hombro, la vida se ve iluminada de otra manera y descubres en ti misma cosas maravillosas que apenas sospechabas. ISABEL ALLENDE.







lunes, 2 de febrero de 2009

un reflejo en el cristal...







Despertó cuando los primeros rayos del sol, comenzaban a irrumpir en la habitación, traspasaban el cristal de la ventana para llenarlo todo de vida. Ya cansada de la espera, se levanto su adormecido cuerpo del lecho, aún parecía una niña, tenía la cabeza apoyada sobre el cristal de la ventana, el rostro serio, y aunque relajada, tenia en la comisura de la boca el leve indicio de una sonrisa, una sonrisa maravillosa, que pocos hemos podido vislumbrar, en su dulce rostro.
Rostro brillante frente a un cristal por el cual entran vivos e intensos los rayos del poderoso astro, iluminando sus mejillas sonrojadas, y parte del mentón dándole ese brillo especial que tienen sus claros y lindos ojos.
Sus ojos, anhelantes de tiempos pasados, sueños añorados, sueños rotos, de tiempos pasados que nos parecen mejor.
Su mente, lugar por explorar como la mente de cualquier joven que pasa los tormentos y desventuras de la adolescencia.
Estaba sentada sobre el viejo baúl azul, resistente al paso de los años, lleno de viejas ilusiones y sueños de la infancia, cuadernos de pensamientos, y recortes de lugares maravillosos donde viajaba en su niñez mentalmente. Las piernas entrelazadas con los dos brazos, aferrando con fuerza, para dejar de sentir el dolor que la añoranza infundía en su corazón, por el paso del tiempo, un tiempo que en el pasado fue mejor.
Junto a ella, una mesita de noche, lo único que sobre ella había era un reloj olvidado del tiempo, pues sus agujas permanecían en estado latente, esperando ese pequeño empujón que las ayudara volver a la realidad, y que con su tic- tac, llenar la habitación de sonido. Sobre el reloj de enorme cabeza y minúsculo cuerpo, reposaban unas gafas, respetando la extraña figura que formaban las dos figuras.
Al fondo, la puerta entreabierta, salida al mundo, a la vida, a los miedos y las risas, a los momentos felices, a los pequeños detalles. Al futuro, un futuro próximo, cercano en el tiempo, un tiempo lleno, el cual ojala fuera eterno.

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carol me va a matar, lo se, pero me da igual, me encanta, me encanta esa foto y lo que desperto en mi en ese momento, como podre quererte tanto, y haber estado tan poco tiempo juntas? Ojala pudiera volver a darte un abrazo, eres tan abrazable.
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te quiero tanto que te abrazaria siempre! y lo digo sinceramente, siempre,

por cierto, he visto un regalo de cumpleaños para ti perfecto, y se que te gustara, es de esos que los ves, y estas convencido de que a la otra persona la va a hacer llorar de felicidad.

te apuntas?




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